El pasado viernes día 9 realizamos nuestra primera salida del curso. A las 9:45 de la mañana ya nos estaba esperando nuestro conductor, Nacho, para llevarnos en autobús al primer destino: el parque de bomberos de Ojáiz.
Nada más llegar, nos recibió el grupo de bomberos que estaba trabajando allí. Una vez hechas las presentaciones, nos guiaron a la sala de proyecciones, donde pudimos ver un video informativo del trabajo que realiza este cuerpo y conocer algunas de las instrucciones que debemos seguir en caso de incendio. Después de la charla, nos separaron por grupos y fuimos visitando las distintas instalaciones de que consta el parque. Vimos la zona de los camiones, las herramientas que utilizan los bomberos en caso de incendio, escuchamos la bocina, entramos a la centralita desde la que reciben los avisos, utilizamos las mangueras a presión para echar agua y después tuvimos acceso a las zonas en las que los bomberos se preparan físicamente para su labor (pesas, circuitos, piscina…). La visita terminó en el museo que tiene el parque, en donde pudimos ver los distintos trajes que han usado los bomberos a lo largo de los años, las cornetas que se utilizaban antiguamente como bocina, así como las escaleras de madera antiguas que servían para atender los avisos de entonces. Además de estos artilugios, decoraban las estancias distintas fotos referidas a la labor que ha realizado este cuerpo en momentos históricos tan destacados como el incendio de Santander de 1941, en el que falleció un bombero, y la explosión del “Cabo Machichaco”, un barco de vapor que terminó con la vida del cuerpo de entonces al completo.
Una vez que terminamos la visita, tomamos el almuerzo con los bomberos en las instalaciones del parque y, posteriormente, pusimos rumbo a nuestra próxima parada: la comisaría de policía de Bezana.
Allí nos recibió Emi, el padre de uno de nuestros compañeros de 2º. De su mano visitamos el interior de la comisaría, que contaba con diferentes salas (recepción, despachos…) y con un espacio común en el que se detuvo a explicarnos en qué consistía su trabajo y cuáles eran los elementos de que constaba su uniforme. A los niños les encantó poder tocar las esposas, las porras, ponerse el gorro de policía, y sobre todo escuchar historias de casos reales del día a día de los agentes. Para terminar, Emi nos obsequió a todos con un pin de la policía que los niños lucían encantados y que puso el broche de oro a nuestra primera salida.